Es un hecho que cada vez que vivimos una crisis económica la morosidad repunta. Para muchos emprendedores y autónomos, cobrar las deudas atrasadas es motivo de intranquilidad.
Si en algo coinciden prácticamente todos los expertos, es en que lo ideal es evitar el proceso legal puesto que muchas veces el precio de acudir a la justicia supera a la propia deuda. Pero ¿podemos prevenir las situaciones de impago? y ¿es posible agilizar y garantizar el cobro de las facturas?
La gestión de los cobros es vital para la salud financiera de tu empresa. A lo largo de tu aventura emprendedora te encontrarás con todo tipo de clientes y para reducir riesgos es importante que pongas en marcha desde el comienzo un plan eficiente para los cobros. Esto implica hacer seguimiento de todas tus facturas, de la fecha de vencimiento y su posterior reclamación. Si aún así se producen impagos (es algo inevitable) te conviene saber qué herramientas utilizar en cada momento de la negociación.
Política de recordatorios.
Para cobrar una deuda atrasada lo sensato es utilizar una serie de recordatorios como llamadas o correos electrónicos para recordar a los clientes sus obligaciones. Utiliza un lenguaje amable recordando siempre al final del mensaje que olvide lo expuesto si el pago ya fue realizado.
Uno de los motivos por los que a veces los clientes no pagan sus deudas es porque lo olvidaron. ¡Démosles el beneficio de la duda!
Automatiza los procesos de cobro.
«Diseñar unas reglas y configurar alertas que salten de forma automática ante determinadas situaciones (por ejemplo, cuando se ha cumplido el plazo de un pago o cuando hay que iniciar el siguiente procedimiento) es clave» – según afirma la empresa Prodware – para facilitar la gestión de cobro de deuda. Esto nos permitirá optimizar los procesos y agilizar la toma de decisiones.
Haz un seguimiento continuo del estado de la deuda.
Se trata de hacer un seguimiento proactivo del expediente de impago que incluya la máxima información posible en relación al historial de negociaciones, la actitud del cliente moroso, si ha sido posible entablar negociación con él y su reacción frente al reclamo de la deuda. Son aspectos clave a la hora de tomar decisiones sobre nuestras actuaciones futuras. ¿Merece la pena continuar con las negociaciones? ¿Es un momento adecuado para acudir a la justicia?
¿Tenéis a menudo impagos en vuestro negocio? Si es así, cuéntanos qué estrategias sigues para cobrar las deudas contraídas.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.