El sector servicios es aquel que produce bienes intangibles que no se pueden almacenar. El transporte, los servicios de información, la enseñanza, la asistencia sanitaria y social, las artes, el ocio y el entretenimiento serían ejemplos de emprendimientos de servicios.
¿Tienes un taller de mantenimiento y reparaciones?, ¿una academia?, ¿una consultoría? Entonces tu negocio pertenece al sector terciario o sector servicios.
¿Por qué es importante el sector servicios?
El sector servicios ocupa el tercer puesto en importancia para la economía de los países desarrollados, después de la producción de materias primas y de la industria manufacturera.
Algunas razones de su importancia:
- Como acabamos de mencionar, es un motor económico y de desarrollo para muchos países.
- Genera importantes acuerdos comerciales tanto a nivel nacional como internacional.
- Las empresas manufactureras fabrican los productos, pero para que estos lleguen al cliente final el sector servicios es esencial.
- Para que sea posible el crecimiento industrial este debe desarrollarse en una comunidad segura, con un marco jurídico establecido y una administración que gestione los recursos públicos. Todas estas actividades dependen del sector servicios.
Diferentes tipos de emprendimiento en el sector servicios.
Como ya podrás imaginar, el tercer sector es muy heterogéneo y aquí podemos contemplar también diferentes tipos de emprendimiento.
Por una parte, estaría la PYME o pequeña empresa: por ejemplo, un negocio local como un restaurante o una peluquería, una tienda minorista o un proveedor de servicios locales. Representan el porcentaje más amplio de emprendimientos en el tercer sector. Normalmente estos empresarios invierten parte de sus ahorros y de su patrimonio en crear el negocio. No existe una intención inicial de convertirse en una cadena o franquicia.
Otro tipo de emprendimiento en el sector servicios son las Startups escalables. Aunque son un fenómeno minoritario, tienen mucha repercusión si alcanzan el éxito. La aventura puede comenzar en un garaje, en un campus universitario… Casi siempre se trata de un proyecto con un elevado nivel de innovación y que requiere del capital externo de inversores para despegar.
Por último, en el tercer sector existe otro tipo de emprendimiento llamado “emprendimiento social”. Los emprendedores sociales quieren cambiar el mundo con sus acciones. Pueden ser organizaciones sin ánimo de lucro que luchan por la igualdad, la preservación del medio ambiente o el apoyo a las comunidades desfavorecidas. La actividad económica que realizan es un medio para alcanzar sus fines.
Tecnología e innovación en el tercer sector.
En el sector servicios la innovación se basa menos en los avances científicos y más en los pequeños cambios de naturaleza incremental. Es cierto que algunas empresas grandes cuentan con un departamento de innovación que recopila y promueve ideas, pero este diseño organizativo suele ser la excepción y no la regla.
Por otra parte, la innovación de los servicios suele estar orientada hacia las necesidades específicas del consumidor, lo que Von Hippel (1988) denomina “innovación de usuario”. En el lado opuesto, las industrias manufactureras tienen una innovación de enfoque muy sistemático, basado en el ciclo de vida del producto.
Debido a la naturaleza visible de los servicios, es muy difícil patentar cualquier logro. Si una industria manufacturera desarrolla un nuevo producto puede mantenerlo en secreto para que nadie ajeno a la empresa lo vea. La exposición de los servicios ofrecidos es mucho mayor y esto dificulta la ocultación de los secretos comerciales y aumenta el riesgo de que otras empresas imiten el modelo de negocio.
Por estas razones, en el sector servicios la innovación es más bien escasa y centrada en la adopción de aquellas tecnologías digitales que permiten automatizar procesos, reducir los costes y agilizar el flujo de trabajo. Un ejemplo serían las aplicaciones se software para finanzas, transporte o venta minorista.
Fuente informativa: Pyme
