Hace ya algo más de un mes que las tropas rusas invadieron Ucrania. Desde entonces asistimos a uno de los mayores conflictos bélicos vividos en Europa desde la II Guerra Mundial. Más de 3,7 millones de ucranianos han tenido que huir de su país según indica un informa de ACNUR, y otros 13 millones de personas siguen atrapadas en zonas de guerra.
La crisis humanitaria ha tenido una respuesta solidaria por parte de Europa, incluyendo a España que sólo en el primer mes de guerra ha recibido a unos 40.000 refugiados ucranianos.
Políticamente, la mayoría de los países han demostrado su rechazo a la invasión rusa, y han puesto en marcha varios paquetes de sanciones para asfixiar su economía. Un clima de unidad en contra de la actitud de Rusia que se ha extendido también al sector privado. Empresas del sector financiero (Visa, American Express, Mastercard), automovilístico (Mercedes, Volkswagen) o del entretenimiento (Netflix, Disney, Warner) ya han dejado de ofrecer sus servicios en el país. Las multinacionales españolas como Inditex también han cerrado provisionalmente sus tiendas en Rusia.
Las pérdidas previstas son importantes, pero según explica Juan Gabriel Corral, director de Comunicación Corporativa y Asuntos Públicos de Evercom: «Las marcas se ven contra la espada y la pared, en un verdadero dilema». Muchas de ellas tienen que decidir si asumir una pérdida importante de sus beneficios o enfrentarse a una crisis reputacional. Algunas, comenta Corral, se han visto: «obligadas a tomar esta decisión por la presión mediática: basta que seas una marca expuesta y conocida para que los medios les pregunten sobre cuál iba a ser su decisión y esto contribuye a acelerar decisiones».
Los consumidores se han convertido en activistas.
Las empresas tienen que tomar sus decisiones en un escenario nuevo en el que los consumidores esperan que las marcas demuestren unos valores claros.
«Los consumidores cada vez estamos más concienciados de aspectos que van más allá del precio o el producto» – apunta Antoni Cunyat, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC.
Los expertos en reputación subrayan que lo realmente complicado en estos momentos para la imagen de las compañías, sería quedarse en Rusia. De hecho, en las redes sociales, a la vez que se iban anunciando los nombres de las marcas que anunciaban su salida, se recordaba también el de aquellas empresas que aún no habían abandonado el país.
José Manuel Velasco, de la Universidad Nebrija, tiene claro que «los consumidores tienen cada vez más criterio para distinguir lo que es una acción que parte de convicciones firmes y lo que es postureo u oportunismo». La guerra de Ucrania ha puesto de manifiestos todos estos hábitos ya establecidos en nuestra sociedad de consumo. ¿Qué opináis vosotros?
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